domingo, 19 de diciembre de 2010

Pasó una mujer de pelo largo y descuidado. Descalza, con los pies tan sucios como el camino que dejaba atrás. Con no más que unos pantalones raídos, una camiseta de rayas y unos pies de madera, unidos por un cordel, colgando de su hombro.
-Mira esa loca. Dicen que viene del norte.
-Lo sé. Es la Viajera.
-Así que tú también la conoces.
-Claro, no hay marino que se precie que no sepa su historia.
-¿Y es verdad que no para de caminar?
-Sí.
-¿Y por qué lo hace?
-Le va buscando.
-¿Le? ¿Quién es él?
-El típico marinero sin dinero en el bolsillo y con un te quiero en cada idioma.
-¿Y por qué le busca?
-¿Sabes esa de "una mujer en cada puerto"?
-No hay nada como una mujer despechada -dijo con una sonrisa burlesca.
-Te equivocas. Ella es su mujer en cada puerto.-Increíble..., pero aún hay algo que sigo sin entender. ¿Para qué esos pies de madera?
-Para cuando se le gasten los suyosPasó una mujer de pelo largo y descuidado. Descalza, con los pies tan sucios como el camino que dejaba atrás. Con no más que unos pantalones raídos, una camiseta de rayas y unos pies de madera, unidos por un cordel, colgando de su hombro.
-Mira esa loca. Dicen que viene del norte.
-Lo sé. Es la Viajera.
-Así que tú también la conoces.
-Claro, no hay marino que se precie que no sepa su historia.
-¿Y es verdad que no para de caminar?
-Sí.
-¿Y por qué lo hace?
-Le va buscando.
-¿Le? ¿Quién es él?
-El típico marinero sin dinero en el bolsillo y con un te quiero en cada idioma.
-¿Y por qué le busca?
-¿Sabes esa de "una mujer en cada puerto"?
-No hay nada como una mujer despechada -dijo con una sonrisa burlesca.
-Te equivocas. Ella es su mujer en cada puerto.-Increíble..., pero aún hay algo que sigo sin entender. ¿Para qué esos pies de madera?
-Para cuando se le gasten los suyos


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